Que pena que no nos enseñen a querernos a nosotras mismas desde que somos pequeñas, si bien es una elección y lo vamos aprendiendo con el paso del tiempo, nuestro crecimiento y todo lo que viene después. La educación no solo debe ser lengua, matemáticas, idiomas, educación física, ciencias naturales, geografía, arte y ya no recuerdo que materias una aprende en ese período.
Lo que sí recuerdo es que no tenemos asignaturas que tengan que ver con nuestro desarrollo personal para trabajar nuestra seguridad y confianza. Haciendo memoria, puedo recordar en cuarto año de secundaria, haber cursado la materia de oratoria con dos horas semanales donde tal vez, trabajamos la exposición y la palabra. Pero nada comparado a lo que estoy planteando.
Tampoco nos enseñan a desarrollar habilidades como ser vendedora o comerciante. No recibimos experiencias empresariales. Tan necesarias que resultan para la vida diaria.
Puedo recordar un montón de adolescentes sin rumbo, algunos más participativos y comunicativos que otros, o extrovertidos, pero siempre un grupo aislado de personas que son: vergonzosas, tímidas, introvertidas, donde el tono de voz es bajo para parecer que hablar o participan pero en realidad se esconden en la multitud. Miedos, de todo tipo y todos los colores que una pueda imaginar. Desafíos, todo el tiempo por pasar desapercibidos. En fin, estuve por años sumergida en este grupo de personas que elegíamos estar, pero no estar y en definitiva no queríamos estar para no ser expuestos.
Claramente, estos miedos y desconfianza nos llevaban a ser motivo de burlas, bromas y risas, lo que hoy llamamos bullying. En mi época de escuela, estos episodios eran crueles, pero no tanto como lo que se ve o se escucha en esta modernidad acelerada donde no hay control sobre los adolescentes o jóvenes que aplican estas prácticas.
Es una cadena, que se corta en el momento que una decide poner fin a esa etapa y salir al mundo, florecer. Hacerse cargo de lo que pasa por dentro del cuerpo, dejarlo salir. Escuchar el interior, actuar, tomar acción. O bien, seguir sumergida en ese ser atrapado por la inseguridad, miedos y desconfianza.
No digo que sea fácil. Mi momento de iniciar el cambio comenzó a mis 18 años, 7 años después sentí el valor y la fuerza suficiente para hacerme cargo de lo que manifestaban mis pensamientos, los que me impulsaron a salir al mundo comunicativo desde otro ángulo, con otra perspectiva.
Empecé a abrir mi camino y entender que mi lugar en este mundo era otro. Mi seguridad y confianza cambiaron, mi tono de voz, aunque sigue siendo bajo, ahora tiene más peso, es más fuerte.
Tuve que atravesar todo mi ser para ser quién soy hoy. Para prender una cámara y hablarle al mundo, estar en el universo de Internet compartiendo tips y consejos útiles de negocios, asesorando a mis clientes, dando charlas y capacitaciones para emprendedores. Organizando eventos donde tengo que hablar en público. Iniciar conversaciones, algunas difíciles otras más fáciles.
Es tanta la seguridad y confianza que gane con toda la experiencia que llevo de vida, que mi determinación me marcó mi camino, tengo mi ruta y mis métodos de como hacer lo que quiero lograr.
Abraza a tu corazón desde tu exterior y escucha tu voz interior para descubrir cuál es tu camino, conectar con tu alma y dejarte llevar por los sentimientos.
¿Qué sentís en este momento?
¿Algo de lo que estoy contando resuena con vos?
¿Te identifica? ¿Qué cosas te pasaron en tu propio camino?
¿Estas conforme con quién sos hoy en día?
Nos descubrimos todos los días y nos desafiamos para superarnos. La clave esta en entendernos y tomar decisiones. Y quiero aclarar que no hablo de negocios, lejos estoy de darte consejos de marketing o ventas en este artículo.
El verdadero sentido pasa por confiar en nosotras, somos las primeras que validamos nuestras ideas acompañadas de emociones y luego salimos al mundo a cumplir nuestro rol como empresarias, emprendedoras, mujeres de negocios, exitosas y apasionadas por lo que hacemos.
Entender, es una palabra que estoy mencionando en mis últimos artículos. Porque así lo creo y siento que si nos conocemos los suficiente podemos conectar con eso que tan queremos. Con lo que pensamos hacer y no estamos haciendo, porque siempre hay excusas.
¿Excusas?
Si!, todas esas que aparecen para postergar lo que anhelamos y no nos dejan salir de nuestra zona de confort y se nos pasa la vida, creyendo que el momento algún día va a llegar. Pero saben qué, para algunas ese momento nunca llega.
No quisiera que te pase lo mismo, por eso mi mensaje lo escribo con la energía que sale de lo más profundo de mi ser, con amor, con esperanza de que voy a lograr resonar en tus pensamientos e invitarte a salir al mundo con otra visión para que empieces de una vez por todas a lograr lo que te propones.
Escribo sintiendo los latidos de mi corazón, las emociones de mis pensamientos en cada carácter que sale de mi computadora. Escucho el sonido de cada letra impactar sobre la pantalla y la siento poderosa. Escribo de corrido sin darle pausa a mis dedos, porque mi mensaje esta a flor de piel, quiere salir, llegar a vos.
Estoy apasionada y enamorada de transmitir y conectar con más mujeres a las que sé que podemos impulsar y ayudar. De esto se trata. Conectemos.
Que nadie les diga como pensar y como actuar cuando saben que ya tienen una decisión tomada de como quieren seguir.
En este punto no me queda más que agradecer a todas las mujeres que me leen, me escriben. A quienes se conectan conmigo desde el ser. Que pasan por todo su cuerpo mi mensaje, mi propósito resuena en muchas mujeres que hoy están leyendo este articulo y otros en cualquier parte del mundo.
Hace años, solo creía que mi destino sería ser diseñadora gráfica y consultora en marketing. Gracias a mi determinación me pude correr a tiempo y abrir mis oportunidades, creo mis propios trabajos, elijo con quién quiero trabajar. Destino mi tiempo a lo que me nutre, me inspira, apasiona, me saca de mi zona de confort o distintos estados que se van creando de comodidad. Soy inquieta, busco todo el tiempo la forma de encender mi creatividad para activar mis emociones y las de otras mujeres que necesitan impulso.
Amo estar acá con ustedes. Disfruto de escribir, contarles y transmitirles lo que sé que puede ayudarlas. Adoro este espacio que creamos con Orne, donde somos felices, estamos bien, rompimos nuestras creencias limitantes para navegar por nuestros deseos más, queres siempre más. No somos conformitas y nos acompañamos en las decisiones apoyando y validando lo que queremos lograr Estos espacios siguen vivos y vibrando porque Conecta con Nosotras es una comunidad de Mujeres que cree en lo que estamos haciendo y se identifican con nuestro mensaje y propósito.
¡Mujeres, gracias!
Con amor y determinación
Flor del Conecta
