
Cuando comenzamos este proyecto de Conecta con Nosotras, con el paso de los meses empezaron a llegar tandas de mujeres que nos descubrían y se sorprendían con nuestra propuesta. Al principio, nos enfocamos mucho en negocios, marketing y estrategias de ventas, donde la exposición era clave para vender productos y servicios. Sin embargo, nos dimos cuenta de que, en la mayoría de los casos (o en todos), las mujeres que participaban sentían miedo: miedo a la exposición, al fracaso y a la crítica.
Después de varias sesiones hablando sobre negocios, proyección, estrategias de ventas y marketing, poco a poco comenzaron a derribar esos miedos. Aceptaron que la exposición era necesaria para alcanzar sus objetivos. Claro que hubo resistencia, enojo, frustración y temores, pero, paso a paso, empezaron a mostrarse.
Desde el principio, propusimos el formato de video porque el impacto es muchísimo mayor. Hoy, las plataformas más importantes como YouTube y TikTok están diseñadas para consumir videos. Además, llevamos años comprobando que los videos funcionan. Siempre digo: nuestros propios videos, hablando de lo que hacemos, son como clones nuestros vendiendo 24/7, mientras nos enfocamos en otros objetivos o perseguimos nuevas metas.
Es difícil entenderlo si nunca lo probaste. Muchas mujeres nos decían que les daba vergüenza hablar a cámara, que les daba miedo. Y es entendible. Vivo en una ciudad mediana, donde todos nos conocemos y el «qué dirán» pesa. En ciudades así, o en pueblos pequeños, la mirada de los demás puede ser un freno a la hora de exponerse.
Pero, con el tiempo, una se animó. Otra la vio, le dieron ganas, y también se animó. Y así, poco a poco, la buena energía y la vibra positiva se contagiaron. Fue un efecto en cadena. Derribamos juntas el síndrome de la impostora, y de repente éramos cientos de mujeres transformándose y mostrándose al mundo. Se animaron para que las conozcan, para que sepan que existen y que tienen algo que ofrecer, ya sea un producto o un servicio.
El impacto fue increíble: sus redes sociales se llenaron de videos de humor, ventas, storytelling… Dejaron de ser un simple catálogo de productos o servicios y empezaron a conectar, a construir comunidad. Y cuando eso sucede, los resultados cambian: las oportunidades crecen, las ventas se multiplican y una empieza a convertirse en referente en su rubro. Porque al final, cuando trabajamos nuestra marca, sea personal o comercial, la exposición es clave para el éxito.
No necesitas saberlo todo antes de empezar. Solo hay que dar el primer paso y encontrar la forma que mejor se adapte a vos y a tu negocio. Hoy, aprovechar la tecnología e Internet es la clave para no tener límites en ventas.
Todo es un proceso. Lo que te comparto es para que empieces a visualizar cómo podrías derribar el síndrome de la impostora, animarte a más y exponerte sin miedo. Es una combinación entre quién sos y lo que sabés o aprendés sobre marketing, ventas, estrategias y comunicación. Pero no tenés que hacerlo todo junto. Vas paso a paso. En el camino habrá idas y vueltas, decisiones que necesitarás ajustar, cosas que funcionarán y otras que no.
Con este mensaje quiero inspirarte y motivarte a salir de tu zona de confort. No pierdas más tiempo. Empezá de a poco, sin presionarte, rodeate de mujeres que estén en la misma búsqueda.
Si esto te resuena, tengo otros artículos que pueden motivarte aún más. Y si te sirvió, compartilo con otras mujeres que también puedan estar en este proceso de descubrirse y transformarse.