
No es que quiera hablar siempre del síndrome de la impostora y cansar con este tema, pero es necesario. Hay mujeres que necesitan información y saber cómo superarlo.
Desde que comenzó Conecta con Nosotras, muchas mujeres pudieron ponerle nombre a lo que les estaba pasando. Antes no sabían qué era ni por qué se sentían así. Pero una vez que hicieron este descubrimiento, comenzaron una exploración interna, entendieron mejor lo que les sucedía y, con eso, iniciaron su transformación.
Lo sé porque lo viví y porque vi a muchas mujeres atravesarlo. Lo sintieron en el cuerpo, lo enfrentaron y hoy están brillando. Algunas con más intensidad que otras, dependiendo de cuánta ambición tengan en su cambio y cuánto estén dispuestas a recibir. Otras, simplemente, se conforman con empezar a entender lo que les pasa, con identificar sus miedos, frustraciones y esa sensación de no merecer.
Pero todas merecemos que nos pasen cosas buenas. Merecemos crecer, desarrollarnos, tener ideas y trabajarlas, conocer personas, hacer networking.
Por eso sigo hablando y escribiendo sobre este tema. Porque, además de haberlo padecido durante años, lo supero todos los días. Y sé que es una lucha constante. Hay que estar atentas, activas, para no dejar que nos invada esa sensación horrible que se mete en el cuerpo y nos paraliza.
El síndrome de la impostora llega de a poco, en silencio. Trabaja mientras estamos distraídas. Cuando nos damos cuenta, ya está instalado. Por eso, es fundamental trabajar en nosotras mismas, en nuestra pureza, en nuestra libertad mental y en la paz que necesitamos para crecer.
Hagamos que este síndrome sea un desafío para mejorar cada día, para crecer, alcanzar nuestras metas y salir de la zona de confort. Esa zona que nos estanca y nos hace creer que estamos bien así, cuando en realidad hay mucho más por descubrir.
Este mensaje es para todas las mujeres que hoy no saben qué les está pasando. Para que encuentren un motivo para moverse, para que empiecen a superarse, para que se pregunten qué quieren en la vida, quiénes quieren ser y hasta dónde quieren llegar. Para que tengan objetivos, para que tengan un plan, una ruta que las lleve a lograr lo que desean.
Si te sentís identificada con este mensaje y creés que puede ayudar a otras mujeres, compartilo.